Antes de que el hombre llegara a la luna, Andreu ya había llegado a este mundo. Era el año 1963 y enseguida se inició en los cantos tribales guturales e instrumentos de percusión como los sonajeros o los platos tirados al suelo que indicaban una cierta predisposición hacia la música.

Las primeras fuentes dónde Andreu se inició fueron “el toro enamorao de la luna” las peticiones musicales radiadas en “España para los españoles” y las jotas aragonesas y fandangos de huelva. Con estas raíces sumadas a Yellow submarine, speedy gonzalez o fly Robin fly, poco se podía esperar de su talento. Aún así, consiguió cantar en la coral que montó el Hermano Xancó en la escuela, a pesar de equivocarse en la prueba de voz cantándole en su cara: “Din dan duli duli duli duli dansa el Xancó el Xancó” (en vez del “din dan dó” original)

El prodigio de la naturaleza hizo que a partir de los 14 años su voz angelical se viera cambiada por una voz portuaria. Hacía falta cambiar, y dejar de cantar canciones de Antonio Molina para emular a Boney M.

A pesar de aquella voz radiofónica, Andreu no tuvo demasiadas inquietudes por desarrollar aficiones musicales fuera de aprender algo de guitarra por hacer más fácil el contacto con el género femenino.

La escasez de voces graves sumada a la voluntad de sacarse la timidez de encima (de la cual aún se recupera) hizo que Andreu aceptara a formar parte de un grupo de cantantes profesionales (toma coba) que se consolidó en la creación del Petit Comitè.